
Si no puedes dominar la Tramuntana entonces es hora de negociar.
La noche glorificaba mis hazañas, mi torrente de nicotina quemaba con gusto a esos de los que siempre han preferido el infierno. Mi destierro hace que me sollocen en silencio aunque callen. Mis candados eran desleíbles y acudían a mí cadenas en mano. Todavía recuerdo el día que inventé el fuego. Ja ja ja ja ja se volvían criaturas de la oscuridad, mi ejército. Cuando al ocaso empezaba a entonar, despertaban de su letargo y se sentían amados y sedientos. Percibían el miedo clavado en las entrañas pero no eran capaces de abandonarme. Mi castillo en llamas daba fe a los incrédulos. Recuerdo también cómo saboreaba el vino que ellos lloraban y como gustaba de arañar su espaldas con fruición.. Dios dejó de concurrir y al alba me cedió sus poderes. Soy vida y muerte de esta nación. Mi fiel Fígaro me alimenta en la vigilia y Pandora me cubre de ungüentos. Esta es mi llamada, estés dónde estés se que podrás reconocerla llegado el momento. Tu misión ahora es invocar para mí el re de difuntos. Querrás negarte pero te estás consumiendo. El día vendrá y entonces convendrás mi sangre y desearás las tinieblas. Paciencia querido amigo, ya se oyen los tambores. Te sé escondido entre los frailes pero estás inquieto porque has sentido el cambio del viento. No intentes huir, la luna se alzará teñida en Burdeos con mi renacer. No soy una quimera; mi pregón se extenderá de Oriente a Occidente y estallarán truenos de júbilo. Me crees vencida pero tiemblas por el retumbar de las calaveras más allá del horizonte. Paciencia.
1 comentario:
En Uruguay los negros y lubolos (blancos pintados de negro) tocan candombe con tres tambores a saber: piano, repique y chico, formando comparsas de un promedio de cincuenta tocadores. En febrero se organiza lo que se conoce como "Las llamadas".
Un beso grande desde Montevideo, Uruguay
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