
Y dice Kant sobre los artistas: “un talento de producir aquello para lo cual no se puede dar ninguna regla determinada; y no una disposición de habilidad para aquello que puede ser aprendido según alguna regla determinada; por consiguiente (…) (y sin coma que a los filósofos les gusta mucho abusar de ellas) la originalidad debe ser su primera propiedad”. Ésta no es simplemente una forma de hacer constatar como las diferentes ramas de las ciencias humanas se interrelacionan inevitablemente entre sí; es mucho más, es un razonamiento que arguye el por qué de la genialidad de los genios que conocedores de la memoria histórica artística decidieron rehusar de las Academias. Los verdaderos genios y no como muchos artistas medievales, no saben con absoluta certeza cómo se origina en ellos el concepto fundamental para llevar a cabo una obra maestra, y no pueden crearlas a partir de esquemas anticipados ni transmitir al Universo el mecanismo para realizarlas.
Y según ésta misma filosofía Kantiana, el genio no puede imitar en el sentido de aprender como se aprende todo lo que Einstein expresó en aquella teoría de la relatividad (ya se sabe: E= mc al cuadrado…, y todo eso que dice de que la velocidad de la luz en el vacío bla bla bla, porque de física sólo los físicos entienden).
Y según ésta misma filosofía Kantiana, el genio no puede imitar en el sentido de aprender como se aprende todo lo que Einstein expresó en aquella teoría de la relatividad (ya se sabe: E= mc al cuadrado…, y todo eso que dice de que la velocidad de la luz en el vacío bla bla bla, porque de física sólo los físicos entienden).
Y mi filósofo preferido, por ser el más empírico de todos e ir tan en viento contrario a mi fe, prosigue diciendo que la representación que hagamos para nosotros mismos de una obra de arte es lo que realmente importa para darle la consideración de bello y no, al contrario, la medida en que nos sentimos más o menos dependientes de esa misma obra; y todo por seguir, así, como por seguir con algo, hablando sobre la experiencia en el espectador, el sujeto más importante inmediatamente después del artista.
1 comentario:
Siempre puede venir alguien por detrás y susurrar al oído de los ojos que no ven: "Shhh, están contemplando arte."
Por cierto, vaya racha de buenas entradas,¿no? Yo voy en decadencia. ¡Besos!
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