miércoles, 26 de agosto de 2009

Las imágenes que nunca se olvidan siempre son en blanco y negro


Mi íntimo amigo el Dalay Lama me dijo una vez: “Nunca piensas antes de hacer y después la secuencia espacio-tiempo se queda corta de las vueltas que le das”.


Él dice que hay un lugar en el mundo en que todas las cosas suceden por casualidad. Es un sitio en el que las personas se agotan mentalmente por no tener la necesidad de pensar. Allí todo lo que tiene que suceder sólo ocurre.


Para el resto de nosotros, con vida finita y cuerpo mortal, es algo más complicado.
¿Si crees que debes estar con alguien existe una señal mágica? ¿Algo así como un animal mítico que sólo se aparece en el cielo para anunciar que la persona con la que deberías estar está justo ahí?
No sé, tal vez una tortuga voladora con un cartel en la boca que dice con letras naranjas (naranja budista, claro): “ey amiga, estás a unos pocos kilómetros del nirvana terrenal”.

Puede que ese dulce quelonio sea precisamente una leyenda porque a nosotros, los que no habitamos en ese inhóspito lugar en el que las cosas suceden por casualidad, el corazón nos pincha para decirnos que esa persona ha llegado.


Y si pincha, entonces, ¿debemos preguntarle a esa persona “oye, eres tú con quien debo estar”? O eso ¿simplemente se sabe? Y si tienes dudas, ¿necesitas pruebas? o ¿es todo más sencillo? Quizá como vivir tu vida intentando buscar la felicidad de modo que el universo se encargará de situaros en un momento y un lugar en el que una voz invisible te susurrará: es él. Sólo él.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hasta el mejor paseo por la playa, llega a las rocas.

Caliope dijo...

Como diría el Dalay Lama: "Vero, si vas a pasear por la playa, hazlo siempre descalza". :)

Gustavo dijo...

Caliope,

la edad, creo, es lo más belo.
las dudas angustiantes se van...
con el tiempo.
saludos,

Gustavo

Caliope dijo...

Quién sabe, dulce papagayo... tal vez la respuesta sea crecer aunque puede que lo hermoso resulte no perder nunca por completo esas dudas.

Otro saludo.

Verónica.

Nachete dijo...

No pienses tanto. A veces nos perdemos en mares de dudas y tan centrados en las dudas nos olvidamos de lo bonito que es dudar.

Haz lo que te apetezca, pero sin que te hagas daño.

Anónimo dijo...

Para ver el arco iris, hay que soportar la lluvia.

Safo de Lesbos dijo...

Las palabras se suicidan en su vano intento de conjugarse para definirte. Ceden, no pueden. Hablar de ti es como hablar del cielo, tan inmenso que abruma, tan eterno que cautiva. Tan tú, que es imposible no querer, no querer quererte.
Y me veo yo, ilusa, abandonándome al sentir, embarcándome en la balsa del amor aun sabiendo que va sin rumbo y sin frenos. Y que hay un glaciar cerca, muy cerca, el cual me hará volver a la realidad. El choque me desprenderá de este sentir sin sentido (o no).
¿Por qué? La pregunta por excelencia... Cuando se le hace a los sentimientos, nadie encuentra la respuesta.
Pero te veo a ti y todos los infinitos te rinden pleitesía. Y entonces es cuando aprecio lo bonito de la incertidumbre. No hace falta buscar una razón para querer, su belleza, en parte, reside en el sinsentido de sentir. En hallarme sonriendo al ver tu cara en mi mente.
Y es que he tirado un dado esperando que me diera respuestas al inmenso mar de dudas que tengo, y solo me ha salido tu nombre. Me las he tragado todas para intentar acercarte a mí. Pero  la distancia de nuestros corazones es tan grande que me nubla la vista.
Me fumo los cigarros esperando que con ellos se desvanezcan estas ganas tan tontas de quererte, pero el sentimiento solo ha aumentado.
He llorado intentando que te esfumes en el llanto, pero en cada lágrima aparecía tu cara y solo han servido para regarte y que crezcas en mi.
Me he quedado a solas conmigo, a solas de mi, y el vacío era tan grande que has encontrado hueco de sobras para habitarme.
He recorrido todas las esquinas de mi habitación esperando encontrarte en alguna de ellas, pero tan solo me he topado con la soledad y el silencio de un corazón agrietado.
Me he paseado por todos los rincones de mi corazón con la ilusión de verte ahí, pero solo has dejado un rastro de sentimientos enloquecidos de tanto buscarte.
El barco se ha estrellado, pero en cada estilla del naufragio encuentro tu voz. Me he deshabitado para poder vivir en ti, pero me he encontrado con la puerta cerrada.
Busco la llave para poder abrirla, pero es difícil buscar en lo desconocido.
Mi cuerpo sigue tu voz para llegar a ti, pero cada vez te escucho más lejos.
Un destello de luz me ha cegado pero he escrito tu cara en braille para verte cuando no sepa dónde estoy ni en qué me he convertido.
Y es que ahora mi vida solo huele a ti.