lunes, 2 de agosto de 2010

Tan teatral como la Cena de los Idiotas


Aquel quiso jugarle al Amor sincero
pero el Amor al jurarle
prendió a fuego el Credo.
De amar quisiera yo contarle.


Decirle que se injertan en mis dedos
astillas del rosario
que no dudan del miedo
con las cuentas del Calvario.


Desandando un lienzo de paño
arañando mis entrañas
las espinas de un hermano
ahuman mis mañanas.


Y él jurando de pie,
escuécenle las rodillas
hiriendo dos lágrimas su piel
Al Amor quisiera besar sentado en mi orilla.

2 comentarios:

Nachete dijo...

¡Pues vaya! Para haber sido algo teatral lo cuentas todo con un realismo exacerbado, ¡¡señorita!!

Caliope dijo...

Si lo piensas bien no!! :) Está este personaje (Brôchant) que lo tiene todo (el Amor) y domina a los idiotas (los Hombres) a su antojo... Y entonces llega este idiota (Pignon) que utilizando lo que tiene Brôchant (el Amor) hace que todo lo que tiene se vuelva en su contra para acabar demostrando su crueldad... La misma historia de siempre: la Bruja (Brôchant) y el Héroe/Idiota (Pignon)!!!! Sólo que esta vez en verso! jejje