lunes, 1 de julio de 2013

Otro Ole por la Sole





"Y no dudes y no dudes!"
Me dice la Sole, y que sabia que es la Sole! Un Ole por ella! Y otro por una genética con una par de coj... de ovarios! Que digo yo, que si soy tan fuerte, es porque la Sole debe ser una persona muy muy muy fuerte! En términos evolutivos, se deduce que yo debo ser como Iron Man, entonces..., por lo menos, vamos, digo yo... Y me dice la Sole, que por cierto, como no podía ser de otra manera, es mi madre. Y me dice la Sole: "Tú a lo tuyo y a tu sendero y a tu camino que mira donde estás y que mira quien eres!" Otro Ole por la Sole! Y la pobre hace un gesto con la mano; con los dedos muy juntos y la palma en línia recta, con dos movimientos muy breves que dirigen las yemas hacia la pared de mi sala de estudio... hacia delante en su idioma, vamos. Y el gesto tiene tanta fuerza en sí mismo que me seco las lágrimas y me pregunto muy rápidamente quién soy yo. Y me contesto casi más rápidamente aún. Y me digo que soy Verónica con acento cerrado y Verònica con acento abierto, Vero, la Vero, Veru, Veri, hasta Verito soy... para los momentos más tiernos o cuando alguna de mis amigas quiere pedirme algo. Hay un cariño en ese "Verito"... Y eso es lo que soy yo... en realidad... el cariño de mis amigas y todo lo que significan todas las otras Veros. Que, ¡ojo! ¡No es que sean muchas! Que ¡eh! Que VERO sólo hay una. Sino muchas personas que ven en mi muchas cosas distintas. Y ¡ojo! Que no todas son cosas buenas! Porque cuidado con el Verónica Carla Amalia Abenza Soria de mi Marta cuando la hago enfadar... Y aún así, después de la tormenta mi Marta siempre tiene un "Vero" para mi. Y cuanto la echo de menos! Y que poco soy capaz de decírselo y que tonta yo por lo mismo!
Y hoy le he dicho a alguien que que pena que no pueda enamorarse de mi... Y ahora viene un ¡¡¡cómo!!! De los de mi amiga Pau! Un ¡¡¡Cómo!!! que hasta se le encienden las mejillas y tiene un tono ese ¡¡¡cómo!!!! Menudo ¡¡¡Cómo!!! Hasta el tono habla por sí solo de la indignación. Pues sí, ahora un ¡¡¡Cómo!!! Y a continuación me diria “Verónica!” muy seria... y se reiría al instante de tan seria que se pone para decir mi nombre por un momento. Y me haría sonreir a mi. Y me haría olvidar lo mal que me he sentido por sentir decirle eso a alguien. Tres horas después llegaríamos a la conclusión de por qué he dicho semejante tontería. ¡Ojo! Que no es que seamos tan tontas que necesitemos 3 horas para extraer algo en claro. Por que vaya tela con Zipi y Zape, que encima somos las dos morenas. Vaya tándem. Y Pau me haría sentir tan bien, y me haría sentir como alguien tan especial y alguien con tantas cosas buenas que dejaría de pensar que ALGUIEN no se pueda enamorar de mi... o sea, ni más ni menos... como con todo el mundo, digo yo. ¿Existe una medida en la que las persones son potencialmente capaces de enamorar a otras? Científicamente y “genéticamente” debe existir. Por lo tanto si es medible debe haber hasta una estadística y una media. Pues eso, me haría sentir de nuevo en la media. Y luego otro lapsus mío, por haber sido tan tonta si quiera de decirle eso a alguien. Y vaya ALGUIEN! Como si el sujeto no fuera importante porque vaya predicado más largo y más tormentoso y ahí que andamos conjugando en futuro aunque no nos aclaramos mucho con los verbos. 
Que mujer tan fuerte que es mi madre coño! Y que tonta soy yo a veces...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí hay una medida sí y un límite para querer tanto a alguien también si no te merece

Caliope dijo...

?